jueves, 5 de agosto de 2010

Hacer el perro es lo más. (y punto.)


¿Quién no se ha prometido alguna vez que cuando tuviese un poco de tiempo lo dedicaría a realizar todo aquello que no puede hacer durante el año?
¿Y quién no ha visto cómo sus planes se veían frustrados por la vagancia?

Bien, después de un verano ocupado y unos pocos días libres puedo concluir que yo no soy la excepción. Y me da lo mismo.

Escribo para romper una lanza en pro del sofá, del pc, y de "perder" el tiempo en general, y es que si no lo hiciésemos nunca, no podríamos valorar la actividad total, el sumergirnos en algo nuevo. Entonces esos planes maravillosos no serían mejor que la rutina diaria del resto del año.

No sé si me explico. Es que estoy muy vaga hoy. Y es lo mejor.

Cerrad los ojos. Coged aire. Notad cómo se os llena la barriga. Notad cómo los pulmones recogen con ansiedad esa cantidad de aire. La actividad frenética no lo permite y acabamos oxigenándonos poco. ¡Con razón no pensamos!
Solución: para pensar mejor, lo mejor es no pensar.

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