martes, 24 de agosto de 2010

El concepto de MATRIX vuelve...

...y es utilizado por ignorantes y mediocres ciudadanos que pretenden descubrirnos la "verdad" sobre el mundo. Esta gente se une en foros o en páginas como http://contraperiodismomatrix.com/
para repetir conceptos y nombres como "matrix", "bilderberg", "masa sucia", "econonomía", "poder" y se regocijan en su presunto conocimiento que les aporta la sensación de estar por encima del resto, de los pobres ignorantes que no sabemos dónde vivimos; les da la sensación de sobresalir...como sus enemigos mundiales, los Bilderberg (a cuya organización pertenece cualquiera que salga en un video al alcance de su tecla).

Teorías como que el calentamiento global y el SIDA son un invento para manipularnos son repetidas hasta la saciedad y aplaudidas por un colectivo que piensa poco y rebuzna mucho.

Y aunque creo que todos nos hemos dado ya cuenta de que los gobiernos no gobiernan y que algo oscuro se esconde, aunque sospechemos que la verdad no está ahí fuera sinó aquí dentro, nos abstenemos de hablar por hablar.

En fin, que esta gente que utiliza las conspiraciones para apoyar sus creencias son basura internáutica. Sólo quería decirlo.

jueves, 5 de agosto de 2010

Hacer el perro es lo más. (y punto.)


¿Quién no se ha prometido alguna vez que cuando tuviese un poco de tiempo lo dedicaría a realizar todo aquello que no puede hacer durante el año?
¿Y quién no ha visto cómo sus planes se veían frustrados por la vagancia?

Bien, después de un verano ocupado y unos pocos días libres puedo concluir que yo no soy la excepción. Y me da lo mismo.

Escribo para romper una lanza en pro del sofá, del pc, y de "perder" el tiempo en general, y es que si no lo hiciésemos nunca, no podríamos valorar la actividad total, el sumergirnos en algo nuevo. Entonces esos planes maravillosos no serían mejor que la rutina diaria del resto del año.

No sé si me explico. Es que estoy muy vaga hoy. Y es lo mejor.

Cerrad los ojos. Coged aire. Notad cómo se os llena la barriga. Notad cómo los pulmones recogen con ansiedad esa cantidad de aire. La actividad frenética no lo permite y acabamos oxigenándonos poco. ¡Con razón no pensamos!
Solución: para pensar mejor, lo mejor es no pensar.